Vertumno

Rodolfo II como Vertumno

Frutos y flores

Giuseppe Arcimboldo (1527-1593)

Italiana

ca. 1590

Óleo sobre lienzo

68 × 56 cm

Skokloster Castle (Suecia)

En el retrato pintado por Arcimboldo, el emperador Rodolfo II de Habsburgo se caracteriza como el dios romano Vertumno, símbolo de la abundancia de frutos en la naturaleza en las distintas estaciones. Sus facciones se realizan con meticulosidad y detallismo a base de variados vegetales que reflejan el conocimiento de la naturaleza del pintor que logra, partiendo de combinaciones naturales, evocar el rostro.
Este retrato es considerado el más ambicioso de las "cabezas compuestas", que dieron fama a Arcimboldo, nombrado pintor de cámara de Maximiliano II y de Rodolfo II, quien le ennobleció en 1580 y para quien realizó fantásticas composiciones en la humanista corte de Praga. Estos retratos extravagantes son grotescos, a la vez que reflexivos, reflejan una imagen de los retratados a la vez surreal y lúdica por la combinación de elementos que adquieren un carácter simbólico. En este caso, los frutos y vegetales de las cuatro estaciones alegorizan la protección del emperador a todos sus súbditos.
La obra fue enviada por el pintor desde Milán a Praga acompañada de un poema celebrativo de Gregorio Comanini que decía:
Mira la manzana, mira el melocotón
como se me ofrecen en ambas mejillas
redondos y llenos de vida
Fíjate en mis ojos
de color cereza uno
el otro de color de mora.
No te dejes engañar, es mi cara.

En 1648, durante el ataque del ejército sueco en la Guerra de los Treinta Años a la capital bohemia, cientos de obras del palacio de Praga, entre las que se encontraba el retrato de Rodolfo II de Arcimboldo, fueron llevadas a Suecia conservándose, al menos desde el siglo XVIII, en el castillo de Skokloster.

Laura Rodríguez Peinado