Nereidas

Tetis y las nereidas llorando la muerte de Aquiles

Sin atributos iconográficos

Pintor de Damon

Corinto

560-550 a.C.

Hidria. Cerámica de figuras negras

Altura: 46,0 cm; Diámetro: 36,0 cm

Paris, Musée du Louvre (n. E 643)
Campana Collection, 1861

Homero, Odisea, XXIV, 47-63

Esta hidria es una pieza de gran calidad que corresponde a la fase final de los vasos fabricados en los alfares de Corinto (575-540 a. C.), caracterizados por un engobe rojo anaranjado y por el uso del color (toques de rojo y blanco junto al pigmento negro).

La decoración de su escena principal pone ante nuestros ojos la exposición (Prothesis) del cadáver de Aquiles, con el consiguiente lamento de la nereidas en torno a su cuerpo. El tema de la exposición del cadáver constituye uno de los primeros asuntos de la iconografía funeraria griega, ya que su representación se remonta a la segunda mitad del siglo VIII a.C., momento en el que sirvió como tema en los conocidos recipientes funerarios procedentes del cementerio del Dypilon ateniense.

En este ejemplo, el héroe yacente es un personaje barbado que reposa sobre un hermoso lecho (Kline) tallado, con el cuerpo envuelto completamente en un sudario; bajo el lecho fúnebre se disponen las armas del héroe, fabricadas por el divino herrero a instancias de Tetis, destacando el magnífico escudo decorado con un gorgoneion, sin duda, un “guiño” al texto homérico (Ilíada, Canto XVIII)
Tetis y sus hermanas (identificadas por sus nombres) expresan su tristeza entonando un treno fúnebre y se mesan los cabellos ante el cadáver, un cuerpo que evoca "bella muerte" heroica. Las nereidas se han representado como figuras genéricas, jóvenes ataviadas con peplo dórico y largos cabellos que, en esta ocasión no tienen los consabidos atributos iconográficos marinos (peces, tridentes...) y que, como es habitual, interactúan como un coro. Por otra parte, sus gestos, un tanto convencionales, nos remiten al ritual funerario griego, en el que fueron muy notables las escenas de lamentaciones (como demuestra un elenco muy numeroso de representaciones en la pintura vascular griega). Los gestos autodestructivos como golpearse el pecho o mesarse los cabellos formaron parte de la codificación del ritual luctuoso. No podemos señalar con certeza quien es Tetis, aunque pudiera ser la figura situada en la cabecera del héroe, por su posición preeminente y por el gesto que realiza (parece estar dando indicaciones a sus hermanas).

Merece señalarse que, a la caracterización del héroe como guerrero mediante la inclusión de las armas, hay que añadir la presencia de la lira (una “lira de tortuga”), que una de las nereidas está a punto de colocar junto al cuerpo de Aquiles (en el centro mismo de la composición), como parte del ajuar funerario del héroe. Entre las enseñanzas que Quirón dio al joven se incluyó la música, arte que el pélida practicó a lo largo de su vida y que le sirvió para aminorar la melancolía. También en el texto homérico se subraya la importancia de la música en el llanto sobre el héroe, interpretado por el coro de las Musas.

Se pueden advertir los nombres de las nereidas: Dioi, Fioi, Kleopatra, Hamathoi, Kymatotha

María Isabel Rodríguez López