Némesis

La persuasión de Helena o Boda de Helena y Paris

Belleza; actitud de señalar

Atribuido al pintor de Heimarmene

Ática

c. 420 a. C.

Anforisco de figuras rojas

Staatliche Museen zu Berlin, inv. n. 30036.

Cipria, frag. 8.

Este anforisco de figuras rojas presenta en su panza un tema referente al ciclo troyano, aunque los especialistas en pintura vascular aún no se han puesto de acuerdo en la propia identificación del asunto: unos sostienen que se trataría de la boda entre Helena y Paris, mientras que otros optan por el momento previo, la persuasión de Helena por parte de Afrodita.
El grupo central lo constituye Helena sentada sobre el regazo de la diosa del amor, dos bellas figuras femeninas ricamente vestidas. La mortal aparece representada con un velo, y es quizá por ello que se haya entendido esta pintura como una escena nupcial, ya que las doncellas a punto de contraer matrimonio suelen presentar esta iconografía. A la izquierda aparece Peitho, la personificación de la persuasión, quien parece asistir a Afrodita en su intención de convencer a Helena. A la derecha del grupo femenino observamos a Hímeros (personificación del deseo) junto a Paris, quien espera ansioso el trofeo prometido por Afrodita, la mujer más bella de la faz de la Tierra.
Flanqueando la escena descrita, aparecen dos grupos de figuras femeninas a saber: Némesis y Tique (Rortuna) o Eukleia (buena reputación) a la izquierda y Heimarmene (destino) y, quizá, Temis a la derecha. Todas ellas visten un largo chitón sin mangas y varias aparecen identificadas con una inscripción que revela su nombre. En este caso, Némesis no presenta ningún atributo en especial, pero sí destaca por el gesto que realiza al señalar con el brazo extendido y mano derecha a Helena, en actitud de acusar a su hija. Es posible que la diosa, que a su vez parece dirigirse a Tique/Eukleia, esté preocupada por cómo la decisión de Helena afectará a su reputación y a la fortuna de miles de griegos y troyanos que se enfrentarán en la cruenta guerra.
Aunque no es frecuente la presencia de Némesis en el ciclo troyano, este vaso parece enfatizar la relación de la diosa con Helena de Troya, detalle que ya aparecía en el frontal del pedestal sobre el que se asentaba la estatua colosal de Némesis en el santuario ático de Ramnunte (ver objecto digital n. 813).

Es posible que este anforisco hubiese sido utilizado como un receptáculo de aceite perfumado, habitual en los rituales nupciales.

Claudina Romero Mayorga