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Objeto Digital 778
Identificador:
778
Nombre:
Tetis/Thalassa
Dioses
Dioses Primigenios y Titanes:
Tetis/Thalassa
Nombre:
Tetis/Thalassa
Tema:
Thalassa como personificación del mar
Atributos iconográficos:
Remo, peces, Ketos marino, pinzas de cangrejo, orejas bovinas y cabellera ondulante.
Autor:
Anónimo
Escuela:
Oriente mediterráneo
Período/Cronología:
S. V d.C.
Soporte y técnica:
Mosaico pavimental en Opus tesselatum. Está realizado a base de teselas polícromas
Localización (Institución, Colección):
Mosaico de Hatay, Harbiye (Turquía), hoy en el Museo Arqueológico de Hatay (inv. 1917)
Fuentes primarias:
Hesíodo, Teogonía, 337 y ss.
Himno Homérico 2A Demeter, 5 y ss.
Diodoro Sículo, Biblioteca de la Historia, 5. 55. 1
Esopo, Fabulas, 245
Himno órfico 22 A Thálassa
Filóstrato el Viejo Imágenes, 1. 27
Calístrato, Descripciones, 7
Nonnus, Dionisiaca, 12. 43 y ss.
Himno Homérico 2A Demeter, 5 y ss.
Diodoro Sículo, Biblioteca de la Historia, 5. 55. 1
Esopo, Fabulas, 245
Himno órfico 22 A Thálassa
Filóstrato el Viejo Imágenes, 1. 27
Calístrato, Descripciones, 7
Nonnus, Dionisiaca, 12. 43 y ss.
Descripción:
Narra Hesíodo que Océano, unido a su hermana Tetis, engendró a los ríos de la Tierra y a las oceánides, de finos tobillos. Tetis encarnó la potencia fecunda del mar y su imagen se generalizó en Roma, unas veces acompañando a su esposo y en otras ocasiones en solitario, siendo un icono habitual de la musivaria romana.
De la iconografía de la titánide derivó, casi sin variaciones, la imagen de Thálassa (“la mar”), figura casi idéntica a la de su antecesora, siendo difícil distinguir la iconografía de ambas figuras en las postrimerías del siglo IV y los primeros decenios de la centuria siguiente. Esta encarnación femenina del medio marino fue imaginada como un busto femenino emergente de su elemento, que surgió en las provincias orientales del Imperio Romano.
El mosaico de Hatay pone ante nuestros ojos esta personificación femenina del espíritu marino avanzando con su remo y emergiendo de su propio medio, un espacio repleto de vida: allí habitan diferentes especies marinas y pequeños "genios" ápteros cabalgan a lomos de delfines, mientras unos pescadores llenan sus redes. Se trata, sin duda, de una temática asociada a la fecundidad del medio acuático y a la vida que proporcionan sus riquezas.
Thálassa se yergue inmensa, poderosa, como una fuerza primigenia de la Naturaleza; su tamaño es indicio de su carácter ancestral. Su rostro frontal denota rasgos que anticipan la estética protomedieval, pero los atributos iconográficos que posee (pinzas de cangrejo, orejas bovinas, ketos, remo y un diminuto delfín), entroncan con la tradición iconográfica de Tetis y otras divinidades marinas del mundo clásico. Su cabello es muy abundante y ondulado, del color de las algas y de sus orejas teriomorfas penden pequeñas caracolas marinas, un detalle encantador que humaniza su efigie. Sobre su pecho se cruza en diagonal, cubriendo parcialmente su pecho como si fuera un manto, la cola pisciforme y escamosa del monstruo marino.
De la iconografía de la titánide derivó, casi sin variaciones, la imagen de Thálassa (“la mar”), figura casi idéntica a la de su antecesora, siendo difícil distinguir la iconografía de ambas figuras en las postrimerías del siglo IV y los primeros decenios de la centuria siguiente. Esta encarnación femenina del medio marino fue imaginada como un busto femenino emergente de su elemento, que surgió en las provincias orientales del Imperio Romano.
El mosaico de Hatay pone ante nuestros ojos esta personificación femenina del espíritu marino avanzando con su remo y emergiendo de su propio medio, un espacio repleto de vida: allí habitan diferentes especies marinas y pequeños "genios" ápteros cabalgan a lomos de delfines, mientras unos pescadores llenan sus redes. Se trata, sin duda, de una temática asociada a la fecundidad del medio acuático y a la vida que proporcionan sus riquezas.
Thálassa se yergue inmensa, poderosa, como una fuerza primigenia de la Naturaleza; su tamaño es indicio de su carácter ancestral. Su rostro frontal denota rasgos que anticipan la estética protomedieval, pero los atributos iconográficos que posee (pinzas de cangrejo, orejas bovinas, ketos, remo y un diminuto delfín), entroncan con la tradición iconográfica de Tetis y otras divinidades marinas del mundo clásico. Su cabello es muy abundante y ondulado, del color de las algas y de sus orejas teriomorfas penden pequeñas caracolas marinas, un detalle encantador que humaniza su efigie. Sobre su pecho se cruza en diagonal, cubriendo parcialmente su pecho como si fuera un manto, la cola pisciforme y escamosa del monstruo marino.
Autor de la ficha:
María Isabel Rodríguez López
Objeto Digital 778
