Tema:
Lararium representado con técnica pictórica para Lares de idéntica condición.
Atributos iconográficos:
Los Lares son figuras jóvenes, sin sexo bien definido, que portan una cornucopia, la patera o el rython (en ocasiones perdidos) y más raramente un cymbium (un recipiente en forma de cub que contiene agua para rituales); corona, típicamente de hiedra, y las vestiduras ligeras y voladas.
Período/Cronología:
Desde el siglo I d. C. hasta el siglo III d. C.
Soporte y técnica:
Ladrillo estucado y pintado simulando mármol, estuco moldurado en torno a aedícula encastrada en un muro o mera pintura sobre el muro.
Dimensiones:
Muy variables, desde volúmenes algo superiores al metro cúbico, hasta formas pequeñas no superiores a los veinte centímetros cúbicos y desde pinturas que abracan toda una pared grande hasta aquellas que no superan un palmo humano, en función de la riqueza del propietario de la casa (domus).
Típicamente en el atrium (vestíbulo de entrada) a la domus, pero también en estancias interiores de habitación, incluidos triclinia y también, aunque más raramente, jardines, despensas u cocinas.
Localización (Institución, Colección):
Una buena parte, conservados in situ en los yacimientos del área vesubiana, pero también en el Museo Nacional de Nápoles.
Fuentes primarias:
Agustín de Hipona, De Civ. Dei, VII.13; Apuleyo, De Deo Socr..; Arnobio de Sicca, Adv. Gent., II.67; V, 18; Cicerón, De Nat. Deor., II, 68; Pro Cluentio, 5; Censorino, 3; Horacio, Epíst., II.2.187; Carm., IV.11.7; Ovidio, Fast., II, 583 y ss; Trist., III.13.18 y V.5.11; Lactancio, Inst. Div., I, 20, 35; Plinio S., N.H., XXXVI, 204; Plutarco, Vit. M. Brut., 36; Propercio, Eleg., IV, I; T. Livio I, 39; XXI, 62; XXX, 12; Valerio Máximo I.7; Varrón, L..L., V, 61; Séneca, Ep., 110; 114; Servio Honorato, Sobre la Eneida V. 95; VI.603; VI.743; Tibulo, II.2.5; IV.6.1
Descripción:
Sus formas son muy diversas, desde los prototipos que simulan la estructura de un templo clásico, pasando por las que simplemente habilitan un cubículo enmarcado.
En ocasiones las aediculae se confunden (especialmente en hogares más modestos), empotradas en los muros y ubicadas en sitios muy diversos de la casa, preferentemente en las cocinas, pero también en dormitorios.
Junto a ellos es usual ubicar imágenes de Hermes-Mercurio, la Fortuna y de otras divinidades locales asociadas con la buena suerte o la fertilidad (Sabazios, Cibeles, Epona, Tarannis, Júpiter-Dolichenus, Esterculinus, etc). Es usual también que contengan el genio familiar o el Mane principal flaqueado por un Genio (masculino) y un Juno (femenino)-Iugalis, Matronalis, Pro Nuba y Virginalis-.
Las estructuras pictóricas suelen incluir al Agathodeimon (es un draco) asociado a la regeneración (suele aparecer asociado al huevo generador primigenio) y a la protección personal y de la domus (es apotropaico) y a la buena fortuna.
Autor de la ficha:
Carlos Crespo Pérez