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Objeto Digital 717
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Identificador:
 717
Nombre:
Leto
Dioses
Dioses Primigenios y Titanes:
 
Leto
Nombre:
 
Leto
Tema:
 
Mitológico. Leto junto a Apolo y Ártemis
Autor:
 
William Henry Rinehart (1825-1874)
Escuela:
 
Neoclásica Norteamericana
Período/Cronología:
 
1874
Soporte y técnica:
 
Grupo escultórico en mármol
Dimensiones:
 
117.2 x 167 x 78.7 cm
Localización (Institución, Colección):
 
Metropolitan Museum of Art, New York
Fuentes primarias:
 
Homero, Ilíada, 1.9; 14.327; Homero, Odisea 11.318; Hesíodo, Teogonía 918; Hesíodo, Trabajos y días, 770; Himno Homérico 3 a Apolo Délico 2; Himno Homérico 27 a Ártemis 14; Theognis, Fragmento 1.5; Píndaro, Nemean Ode 6.36; Píndaro, Canción procesional de Delos; Safo, Fragmento 44ª; Calímaco, Himno 3 a Ártemis 22; 73.
Descripción:
 
William Henry Rinehart es considerado uno de los escultores neoclásicos más apreciados por los grandes mecenas norteamericanos. Egresado del actual Maryland Institute College of Art, Rinhart se trasladó a Italia en 1855 con el fin de estudiar de cerca a los grandes maestros. Instalado permanentemente a partir de 1858, recibió numerosos encargos que le permitieron legar a su muerte un gran patrimonio destinado a financiar becas para estudiantes de escultura.

El autor se caracterizó por reinterpretar mitos y leyendas procedentes de la Antigüedad, especialmente a partir de su estancia en Roma. No obstante, su estilo se inclina por evitar el detallismo superficial y el sentimentalismo banal de sus colegas americanos.

Leto aparece recostada sobre una suerte de roca que vela con su manto mientras observa a Apolo y Ártemis recién nacidos. El ideal neoclásico se aprecia en el sereno rostro de la diosa : esta inclina la cabeza y esboza una leve sonrisa mientras parece proteger a los niños con sus propios ropajes, elevando su mano izquierda. Su complejo semirecogido y el interés casi arqueológico por querer representar de forma correcta el chitón y las sandalias de la diosa contrastan con el tratamiento de los niños, transformados en meros putti.

El suave tratamiento de la superficie marmórea blanca y el gusto por una composición equilibrada fomentó los principios winckelmanianos en los que se basaba la escultura neoclásica: sólo copiando a los antiguos es posible alcanzar la grandeza.
Observaciones:
 
Número de acceso: 05.12
Autor de la ficha:
 
Claudina Romero Mayorga
Objeto Digital 717
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