Fuentes primarias:
Apolodoro II, I, 4 y ss., Pausanias, II, 15,4; Higinio, Fabulae, 169. Nonnos, 3.296, 3.303; Estrabón, 1.2.34.
Descripción:
De todos los amoríos extraconyugales de Posidón, la unión con la danaide Amímone fue uno de los temas más representados en el arte griego. El asunto apareció a finales del siglo VI a.C., se hizo muy popular en época clásica y pervivió hasta el siglo I d.C., como evidencian las pinturas pompeyanas de la Casa de los Vetios. Según los mitógrafos, Amímone fue enviada por su padre, el legendario rey Danao, a buscar agua, ya que la tierra de Argos sufría gran sequía por castigo de Posidón (enojado tras su disputa con la diosa Hera). Vencida por el cansancio, la muchacha cayó en un sueño y fue atacada por un sátiro que trató de poseerla por la fuerza. Posidón acudió en su ayuda y con un golpe de su tridente ahuyentó al sátiro e hizo brotar la fuente de Lerna.
Como es bien sabido, los mutuos contactos entre Grecia y Etruria tuvieron como respuesta una “imitación” de los postulados estéticos griegos, especialmente en el período helenístico, momento en el que hallaron amplio eco dentro del gusto etrusco. El artesano-artista etrusco manifestó gran maestría técnica en su ejecución, constituyendo espejos y cistas una de las series más representativas de la producción de este período, caracterizada por la gran calidad técnica, el gusto por el dibujo y la espontaneidad en la plasmación de los motivos. Son numerosos los espejos broncíneos cuyo reverso está decorado con motivos marinos tomados directamente del mundo griego o como seres participantes en escenas de la mitología etrusca. Posidón o “Nethuns” surge en la iconografía de Etruria de ambas formas, como dios griego y como dios del panteón etrusco. La escena que presentamos, puramente griega, muestra el mito de Amímone, doncella de Argos a la que el dios marino salvó del acoso de un sátiro y con la que engendró al héroe Nauplio.
Una orla decorativa de motivos ondulantes cobija el marco circular en el que se incluyen las figuras, rematando en la parte inferior -la correspondiente al arranque del mango del espejo- en una palmeta griega: en el centro de la composición el dios se inclina sobre la doncella, a la que abraza (sin separarse de su tridente), mientras que esta extiende su brazo derecho en actitud de forzosa entrega y su henchido manto ondea al viento. Los cuerpos de las figuras están entrelazados, expresando tensión de contrarios, como puede apreciarse en el cruzamiento barroco que producen las diagonales de sus piernas y en la proximidad de sus genitales, rasgo que sirve para sugerir la inminente unión amorosa. A los pies de la pareja un pequeño y simpático grifo marino y un pez completan la serie de atributos iconográficos de Posidón.
El sátiro huido contempla con deleite la escena: está escondido tras la roca en la que el golpe del tridente de Posidón ha hecho brotar la fuente de Lerna. En su rápida fuga, la cílica que lo identifica como personaje salvaje y ebrio ha caído en el suelo, donde permanece todavía, junto al caño de la fuente, representada esta mediante una cabeza leonina de fauces abiertas de las que surge un abundante y retorcido caudal.
La iconografía del dios marino se hace eco de los modelos griegos de la segunda mitad del siglo IV a.C.; sin embargo, el sello de Etruria se advierte en la redundancia de atributos iconográficos, como si los poseedores de estos objetos necesitaran de todas las claves para comprender e identificar correctamente el mito foráneo. La barroquización general en el tratamiento del tema y la profusión de figuras de la composición revelan un artista etrusco, cuya personalidad y maneras se perciben, también, en el calzado de la doncella.
Observaciones:
Los etruscos conocieron a un dios entre sus penates o espíritus tutelares de la casa cuyo nombre era Nethuns. Considerado como el espíritu de la salubridad de las aguas, manantiales y fuentes, esta divinidad menor habría de adquirir una gran relevancia al ser convertido en el Neptuno romano, adaptado al Posidón de los griegos en el año 399 a.C.