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Objeto Digital 662
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Identificador:
 662
Nombre:
Helios
Dioses
Dioses Primigenios y Titanes:
 
Helios
Nombre:
 
Helios
Tema:
 
Crucifixión
Atributos iconográficos:
 
Rayos solares
Autor:
 
Anónimo
Escuela:
 
Limoges
Período/Cronología:
 
Último cuarto del siglo XII
Soporte y técnica:
 
Esmalte excavado (champlevé) sobre cobre dorado
Localización (Institución, Colección):
 
París, Museo del Louvre
Fuentes primarias:
 
Mateo 27, 45; Marcos 15, 33; Lucas 23, 44-45.
Descripción:
 
Este esmalte muestra un arquetipo tradicional de representación de Cristo en la cruz: a los pies del madero se disponen María y Juan mientras, en la parte superior, dos clípeos encierran sendas efigies de la Luna y del Sol. El significado último de esta alusión astral en la iconografía cristiana es aún motivo de debate. Las diferentes teorías al respecto han sido cuidadosamente analizadas por Isabel Mª Labrador y José Mª Medianero (Labrador y Medianero, 2004: 75-79). Las diversas hipótesis apuntan a motivos muy dispares. El horror vacui característico del arte medieval sugiere razones estéticas que se han relacionado también con una posible simetría simbólica entre los astros y las efigies de Juan y de María. En el caso de este esmalte de Limoges, las figuras femeninas, la Luna y María, se sitúan a la derecha de Cristo, mientras el Sol y Juan ocupan el espacio a la izquierda del crucificado; no obstante, esta disposición en torno a la cruz no siempre es la misma, tal y como puede advertirse en otro esmalte, conservado en el mismo Museo, donde tanto Juan y María como el Sol y la Luna están, además, identificados con sus correspondientes tituli. Asimismo, en otros ejemplos, las figuras situadas al pie de la cruz representan a dos varones, Longinos y Stephaton, cuya asimilación con los astros resulta insostenible.
La presencia del Sol y de la Luna en la escena de la crucifixión puede aludir también a las tinieblas que acompañaron el último estertor de Cristo, tal y como puede leerse en los evangelios: “Era ya como la hora de sexta y las tinieblas cubrieron toda la tierra hasta la hora de nona, oscurecióse el sol y el velo del templo se rasgó por medio “ (Lc. 23, 44-45); así también en Marcos 15, 33 (“Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona”) y Mateo 27, 45 (“Desde la hora sexta se extendieron las tinieblas sobre la tierra hasta la hora de nona”). La manifestación conjunta de ambos astros puede simbolizar, por tanto, el eclipse que sobrevino la muerte de Jesús. Otras hipótesis sugieren aspectos simbólicos, como la referencia a la naturaleza humana y divina de Cristo, otras dualidades como el Cristianismo (Sol) y el Judaísmo (Luna), o bien otras interpretaciones “de carácter literario-religioso” como “la armonía entre el Antiguo y el Nuevo Testamento” (Labrador y Medianero, 2004: 76). Asimismo, podrían hacer referencia a aspectos teológicos como el poder omnímodo, la eternidad e, incluso, podrían actuar como emblema del alfa y el omega.
No obstante, siguiendo la opinión de los autores citados, es probable que la presencia del Sol y de la Luna deba interpretarse como una ”muestra de sincretismo religioso” (Labrador y Medianero; 2004: 79). La asimilación cristiana de algunas de las premisas religiosas de los cultos solares tardíos, como la festividad del 25 de diciembre, implicó también una contaminación iconográfica entre la escena del sacrificio mitraico, la tauroctonía, y el sacrificio cristiano de la crucifixión. La presencia de los astros en el calvario se debería, por tanto, a una cuestión de asimilación estética que no tuvo un paralelismo conceptual, ya que el sacrificio mazdeísta mitraico nada tiene que ver con la expiación cristiana del pecado. “Posteriormente, eso sí, las interpretaciones teológicas y las aportaciones de los propios artistas provocaron que Sol y Luna se llenaran de nuevos contenidos simbólicos y alteraciones iconográficas” (Labrador y Medianero; 2004: 81).
Desde un punto de vista formal, los prototipos son clásicos, aspecto que reafirma la hipótesis de la pervivencia del mundo antiguo; el hecho de que las efigies de los astros se representen en el interior de dos clípeos recuerda los roleos de roca propios de la iconografía mitraica. El Sol está caracterizado por su aura mientras la Luna luce un tocado con un creciente, aludiendo a las imágenes tradicionales de Helios y Selene que, en este caso, son bustos tan largos que casi se convierten en efigies completas. En este esmalte, el ademán de los astros, llevándose las manos a la cabeza como si se mesaran los cabellos en actitud de duelo, constituye una de las alteraciones iconográficas de contenido simbólico antes aludidas y debidas ya a la concepción cristiana del hecho mismo de la Crucifixión. En otro esmalte también conservado en el Museo del Louvre, Helios y Selene son representados como dos bustos sobre el patibulum, el espacio que queda sobre el brazo transversal de la cruz; el aura y el creciente lunar caracterizan a los astros que, como luminarias, portan en sus manos una antorcha. En ocasiones, estas teas encendidas podían aparecer invertidas, como siendo apagadas, en alusión a la oscuridad que sucedió a la muerte de Cristo (Labrador y Medianero, 2004: 84).
La presencia del Sol y de la Luna en la imaginería mitraica responde a la evocación de un escenario cósmico que envuelve al sacrificio del toro sagrado; por otra parte, los astros se introducen en la acción mediante sutiles relaciones como la imperativa mirada de Helios, que ordena el sacrificio, o la significativa indiferencia de Selene. Por el contrario, en el contexto de la crucifixión, la inclusión de los astros resulta, en principio, ajena al cruento episodio que presencian. Las constantes alusiones alegóricas a la implicación del Sol y la Luna en la escena –el duelo, las teas invertidas...– son nuevas muestras de la teatralización de su papel, pues la mentalidad cristiana no entendía, desde un punto de vista simbólico, su pasividad ante el sacrificio.
Observaciones:
 
Museo del Louvre: inv. nº OA 8205. Fotografías: © R.M.N.
Autor de la ficha:
 
Mª Amparo Arroyo de la Fuente
Objeto Digital 662
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