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Objeto Digital 650
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Identificador:
 650
Nombre:
Hermes/Mercurio
Dioses
Dioses Olimpicos:
 
Hermes/Mercurio
Nombre:
 
Hermes/Mercurio
Tema:
 
De Rerum Naturis. Vulcano, Plutón, Baco y Mercurio.
Atributos iconográficos:
 
Alas, vara, serpiente
Autor:
 
Rabanus Maurus (776-856)
Escuela:
 
Carolingia
Período/Cronología:
 
Copia realizada en 1022-1023
Soporte y técnica:
 
Manuscrito miniado
Localización (Institución, Colección):
 
Italia, Cassino. Archivo de la Abadía de Montecassino
Fuentes primarias:
 
San Agustín. De Civitate Dei, VII, 14; Rabanus Maurus. De Rerum Naturis, libro XV.
Descripción:
 
La imagen ilustra la descripción de los dioses paganos (De Diis Gentium), en este caso, de izquierda a derecha, Vulcano, Plutón, Baco y Mercurio. En la copia de 1022 (Figura A), cronológicamente más próxima al original, los dioses son representados desnudos, cubiertos tan sólo con una túnica que les cubre el pecho. Vulcano sujeta el fuelle que simboliza su labor en la fragua y tiene la pierna derecha doblada por la rodilla para figurar la cojera provocada por su caída desde el Olimpo; a su lado, Plutón, el Rico, sobrenombre ritual de Hades, porta una ánfora. En tercer lugar, Dioniso es identificado por la corona de hojas de vid y levanta con su mano derecha una copa, iconografía habitual del dios. Es indudable que la inspiración de estas figuras se basa en modelos clásicos, tanto por la desnudez como por los atributos elegidos; pero, en el caso de Mercurio, las influencias son muy diversas.
El dios porta un alto cayado que alude al caduceo, pero que figura sencillamente una vara de madera; en la edición de 1425 (Figura B), esta vara es representada de forma aún más estilizada. A pesar de su sencillez, es indudable que hace referencia al caduceo, ya que en el propio texto se explica que el dios “tiene una vara que divide a las serpientes” (De Rer. Nat. XV, VI), refiriéndose a la leyenda según la cual el dios había separado a dos sierpes enfrentadas gracias al kerykeion, quedando éstas unidas para siempre al símbolo del heraldo. Los ofidios que solían enroscarse en el caduceo, no obstante, han desaparecido, pero en ambas copias el dios pisa una serpiente (se aprecia con mayor claridad en el ejemplar de 1425). En la antigüedad clásica, las sierpes simbolizaban la relación de este dios psicopompo con el Más Allá, así como los poderes mágicos atribuidos al caduceo. Aunque el significado queda explicado en el texto, la iconografía que figura al dios pisando una serpiente puede provenir de modelos egipcios, ya que, en época ptolemaica, el dios Horus-Harpócrates era representado, en los cippos mágicos, pisando cocodrilos¬ y sujetando con sus manos serpientes y otros animales perniciosos (escorpiones) para figurar su poder mágico, así como la capacidad curativa en relación con las mordeduras de estos animales (Figura C). Esta iconografía perduraría en el siglo XVIII, cuando Jacob Bryant (1715-1804), en su Mitología, representa a su Hermes Κυων (Hermes Perro) pisando un cocodrilo aunque, en este caso, el grabado de Bryant remite a emblemas herméticos (Figura D).
Mercurio es representado como una divinidad alada y, junto a su pie derecho, el autor ha dibujado un águila cuya cabeza asoma entre las piernas del dios y que simula las alas que el Hermes clásico lucía en sus sandalias o bien en sus tobillos. Estos atributos remiten a la iconografía tradicional de Hermes-Mercurio y en el texto se explica que las alas simbolizan la capacidad de Mercurio para transmitir los mensajes (De Rer. Nat. XV, VI), citando casi íntegramente un texto de La ciudad de Dios de San Agustín (354-430): “... por eso dicen se llamó Mercurio, como que corre por medio, por cuanto el habla, corre por medio entre los hombres; y por lo mismo se llamó Hermes en griego, porque el habla o la interpretación, que sin duda pertenece al habla, se llama Hermeneia, por cuyo motivo preside sobre las mercaderías; porque entre los que venden y compran andan de por medio las palabras. Y ésta es la causa porque le ponen alas sobre la cabeza y en los pies, queriendo significar que vuela por los aires muy ligera la palabra, y que por eso se llamó mensajero, porque por medio de la palabra damos aviso y noticia de nuestros pensamientos y conceptos” (San Agustín, De Civitate Dei, VII, 14.“De los oficios de Mercurio y Marte”).
La cabeza de perro con la que es representado el dios la explica Rabanus Maurus porque “el perro, entre todos los animales, es el más sagaz y perspicaz” (De Rer. Nat. XV, VI) poniéndolo así en relación con las atribuciones de Mercurio como dios de la inteligencia. A pesar de esta observación del autor, el prototipo iconográfico, sin duda, proviene de modelos romanos vinculados con el culto isiaco imperial, en los que el dios se había asimilado con Anubis. Por tanto, la justificación, meramente naturalista e hipotética del autor, denota un desconocimiento de los procesos que, en época alejandrina, asimilaron a ambos dioses por su capacidad como psicopompos. Puede también considerarse, en este sentido, la influencia de la obra de Apuleyo, a quien Rabanus Maurus demuestra conocer, pues lo cita en este mismo libro (De Rer. Nat. XV, VI).
En la copia de 1425, las alas de los tobillos son concebidas como parte de la anatomía de Mercurio, alcanzando un gran desarrollo, y se ha subrayado el aspecto demoníaco del dios acentuando los rasgos animales del rostro y siendo además el único que aparece completamente desnudo, mientras los tres restantes se cubren con una túnica. En paralelo con Mercurio, esta copia tardía representa a Plutón con unas orejas de asno, lo que acrecienta la demonización de las divinidades clásicas. En palabras de San Agustín, continuando con el texto que inspiró a Rabanus Maurus: “Si Mercurio, pues, es la misma palabra, aun por confesión de ellos, no es dios. Pero como hacen dioses a los que son demonios, suplicando y adorando a los espíritus inmundos, vienen a caer en poder de los que no son dioses, sino demonios” (San Agustín, De Civitate Dei VII, 14 “De los oficios de Mercurio y Marte”).
Observaciones:
 
Ilustraciones: De Rerum Naturis, libro XV, VI. De Diis Gentium, p. 388. Ilustr. A: Copia de 1222-1223. Conservada en el Archivo de la Abadía de Montecassino (132). Ilustr. B: Copia de 1425. Conservada en la Biblioteca Apostólica Vaticana (Pal. Lar. 291).
Autor de la ficha:
 
Mª Amparo Arroyo de la Fuente
Objeto Digital 650
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