Dioses Olimpicos:
Hermes/Mercurio
Atributos iconográficos:
Pétasos, caduceo, clámide
Escuela:
Roma – Neoaticismo
Período/Cronología:
Siglo I-II d.C.
Soporte y técnica:
Mármol tallado
Localización (Institución, Colección):
Vaticano, Museo Pío Clementino
Fuentes primarias:
Luciano de Samósata, Diálogos de los Dioses, XXIV.
Descripción:
Hermes está de pie, con la mano derecha en actitud de declamar, lo que permite identificarlo en su atribución de Hermes Logios, protector de los oradores que vela por el buen término de las asambleas: “...pues no bastan mis funciones diurnas (estar en las palestras, pregonar en las asambleas y aleccionar a los oradores)...” (Luciano de Samósata, Diálogos de los Dioses, XXIV).
Se cubre con el pétasos y viste la clámide sujeta con una pequeña fíbula sobre su hombro derecho; no obstante, no cubre su cuerpo con ella, sino que la lleva enrollada en el brazo izquierdo, permitiendo así al artista realizar un estudio anatómico de reminiscencias policléticas. Con la mano izquierda, el dios sujeta un elaborado caduceo; éste está compuesto por una vara coronada por las alas y dos serpientes entrelazadas. A la derecha del dios, junto a su pierna, un tronco de árbol sirve como elemento de apoyo, añadido propio de las copias neoáticas que no se incluiría en los modelos clásicos que las inspiraron. Asimismo, la anatomía de este joven efebo denota el clasicismo imitado, aunque el esmerado trabajo de los cabellos y el vello púbico delata lo tardío de su datación.
Esta imagen del Museo Pío Clementino alude a varias de las atribuciones del dios. Hermes es representado como heraldo de los dioses e identificado por algunos de los signos iconográficos tradicionales (el pétasos, la clámide, el caduceo); asimismo, la actitud del dios, en acción de declamar, lo relaciona con sus cualidades como protector de los oradores y mediador en las asambleas. Por último, el elaborado caduceo alado que porta hace referencia a su labor como psicopompo, ya que hemos de suponer que, aunque se trate de una adición renacentista, debió inspirarse en la composición original.
Observaciones:
La denominación de Ingenui, incorrectamente aplicada a esta obra, proviene de otra escultura también conservada en el Museo Pío Clementino. Sobre la base de esta escultura aparece idéntica inscripción a la consignada en este ejemplar, haciendo referencia a la colección del Papa Pío VI; a la izquierda de esta cuidada leyenda, en toscas letras de mayor tamaño puede leerse el término ‘INGENVI’, de donde proviene el apelativo y que probablemente hace referencia a un posible donante, aunque se desconoce su significado preciso. A pesar de que corresponden a una tipología muy similar, ambos extienden la mano derecha en actitud de declamar y sostienen con la izquierda un complejo caduceo, existen notables diferencias, ya que el Hermes Ingenui no aparece tocado y las alas surgen directamente de su cabeza, mientras que, a sus pies, se ha representado una cítara de barroca elaboración, en alusión, probablemente, a la invención de la lira por el dios.
Inscripción en la base: MVNIFICENTIA. PII. SEXTI. P. M. En relación con la colección de la que proviene, ya que la escultura pertenece al Museo Pío Clementino, creado por Clemente XV y Pío VI con la intención de reunir las obras griegas más importantes del Vaticano. El caduceo, probablemente, es una restauración de época renacentista.
Museo Pío Clementino: inv. nº 544.
Autor de la ficha:
Mª Amparo Arroyo de la Fuente