Dioses Olimpicos:
Posidón/Neptuno
Tema:
Mosaico con Neptuno, Océano y Tetis
Atributos iconográficos:
Carro tirado por hipocampos, clámide, tridente y peces
Escuela:
Anatolia (actual Turquía)
Período/Cronología:
S. II d.C.
Soporte y técnica:
Mosaico de teselas polícromas
Localización (Institución, Colección):
Gaziantep, Museo Arqueológico
Fuentes primarias:
Himno Homérico 22,1; Ilíada, XIII.
Descripción:
Gran mosaico de teselas polícromas, cuyas grandes dimensiones y su temática hacen suponer que pudiera haber sido el pavimento de una piscina (de estanque o de ambiente termal). Se trata de una alfombra rectangular, circunscrita por elegante marco, cuyo espacio central simula un ambiente marítimo en el que se han representado gran variedad de especies de animales marinos, distribuidos libremente por la superficie, como si nadaran en un acuario. Con el pavimento cubierto de agua, esta sensación ilusionista debió resultar extraordinaria.
En el eje central de la composición está representado Neptuno, bajo cuya figura emergen de las profundidades abismales los bustos de Océano y Thetis, divinidades primordiales. El dios del Mediterráneo conduce una biga tirada por dos expresivos caballos marinos, representados en atrevido escorzo. Tiene airado gesto, poblada barba y cabello abundante y blanquecino, aunque su torso desnudo permite adivinar su vigor físico.
Empuña el tridente en la diestra y con la mano izquierda (oculta tras un hermoso manto de tonalidades grisáceas que cubre parcialmente su cuerpo) conduce las riendas de la biga que le desliza a través del mar. Dirige su mirada hacia la izquierda, en una mueca de alerta, apretando con firmeza el tridente y expresando una tensión que se percibe con claridad en la musculatura del brazo y sus bien contorneados pectorales. La tensión pictórica se subraya, además, por la diagonal marcada por el tridente, contraria a la dirección de la mirada del dios.
Océano y Tetis, representados como bustos emergentes de enormes proporciones, están situados debajo de los caballos marinos. La pareja de titanes, acompañados por un Kethos marino de actitud amenazadora, poseen los atributos iconográficos que les son habituales: Océano adorna sus sienes con pinzas de cangrejo o “chelai” y la fecunda Tetis, de larga y oscura cabellera, va tocada con plantas marinas dispuestas sobre su frente como si fueran alas. La ubicación de esta pareja está relacionada con su carácter de divinidades primigenias; su enorme tamaño sugiere también la idea de que el medio oceánico es el marco cósmico de referencia en el que nace y se desarrolla la vida.
La calidad técnica de este mosaico es innegable. A pesar de sus grandes dimensiones, está formado por teselas de pequeño tamaño, colocadas de tal manera que todo el conjunto resulta vibrante. El estilo es netamente pictórico, y la volumetría de las figuras se consigue gracias al manejo magistral de la luz, como si de una verdadera pintura se tratara: luces y sombras otorgan profundidad al conjunto, así como expresividad y corporeidad a las figuras.
Observaciones:
En el año 2000 se llevaron a cabo las excavaciones de salvamento de la ciudad de Zeugma, un antiguo centro de comercio situado en las orillas del Eúfrates, al sureste de Turquía, hoy sumergido parcialmente en las aguas por la construcción de una presa. En sus villas aparecieron magníficos mosaicos que se encuentran actualmente en el Museo de Gaziantep. Zeugma fue fundada en el 300 a.C. por Seleuco I Nicator, en uno de los puntos donde el Eúfrates se estrecha. La ciudad, cuyo nombre significa puente, conexión, o cruce de caminos, se desarrolló a expensas del desarrollo comercial a través de la vía fluvial, principalmente el comercio entre Mesopotamia y Anatolia, y más tarde gracias a la Ruta de la Seda entre China y el Oeste, que cruzaba el Eúfrates en este punto. En época romana, Zeugma fue establecimiento de la Legio IV Scynthica y su esplendor comercial experimentó un significativo crecimiento que se tradujo en un incremento poblacional muy significativo (70.000 habitantes) y en un desarrollo artístico también muy notable. Sus residencies señoriales comenzaron a decorarse con ricos pavimentos musivos y pinturas al fresco. Desde el siglo II, Zeugma fue un centro de atracción para artistas de todos los lugares del imperio. Las últimas excavaciones han sacado a la luz materiales arqueológicos muy finos (estatuillas de marfil, vajilla de mesa, lámparas de aceite, platos de cristal, entre otros objetos). Con la crisis del siglo III, también Zeugma entró en decadencia, especialmente por la intensificación de los ataques de los partos, aunque todo parece indicar que, a pesar de las sucesivas campañas destructivas, la ciudad todavía estaba habitada en época sasánida, bizantina y árabe. No existe mención de ella posterior al 1048.
Autor de la ficha:
María Isabel Rodríguez López