Localización (Institución, Colección):
Florencia, Galería degli Uffizi
Descripción:
Pintada en torno a 1480, Palas y el Centauro es una de las “Mitologías” de Boticelli asociadas al mecenazgo de la familia Medici, en las cuales el pintor hace una recreación de las ideas neoplatónicas introducidas en la Corte de los Médici por Marsilio Ficino y Picco della Mirandola, de plena actualidad en la Florencia del Quattrocento. Sabemos que esta tabla, junto con la Primavera estuvo colgada en una de las estancias de la residencia privada de Lorenzo di Pierfrancesco de Médici y todo parece indicar que fue pintada como regalo nupcial para los esponsales de este príncipe con Semiramide Appiani, celebrados en 1482.
Un paisaje marítimo, casi desolado, sirve de fondo a los dos protagonistas de la escena, situados en primer término junto a las ruinas de un edificio de clásicas arquitecturas. Son dos figuras monumentales, tratadas con todo el detallismo que caracteriza las obras del artista.
Palas/Minerva, la diosa de la sabiduría, está representada como una figura femenina de apariencia melancólica, rostro virginal y largo cabello dorado. Coronada de olivo, símbolo sagrado de su antigua potestad sobre los ciudadanos atenienses, la casta diosa va ataviada con con una delicada túnica alba, semitransparente, cuyo estampado evoca el escudo de la familia Médici (tres anillos entrelazados); un manto de color verde oscuro y simuosas ramas de olivo envuelven su cuerpo, formando delicados y sinuosos arabescos. La diosa va armada: sostiene una alabarda con su brazo izquierdo y de su espalda pende un escudo, pero no utiliza sus armas y reduce a su oponente agarrándole de los cabellos con su propia mano.
El centauro es, de acuerdo con la iconografía tradicional de estos seres, un ser híbrido mitad humano-mitad equino, que sostiene un arco y lleva una aljaba colgada en su dorso. Es un ser de edad avanzada y de rostro barbado y abundante cabellera oscura; su rostro es doliente y su cuerpo enjuto, pero nada hace suponer su contrariedad ante el embate de la diosa. Por oposición a la Virtud encarnada en Palas, es símbolo parlante de las fuerzas carnales, instintivas, de lo terrenal, de la lujuria...
Existen diferentes interpretaciones sobre el significado de la obra, que la conciben como interpretación moral o política. Para Barbara Deimling "representa la victoria de la castidad sobre la lujuria". Thomas Patrick Bodkin afirma que Botticelli "tenía cerca de 37 años de edad cuando pintó Pallas y el Centauro, si, como hay buenas razones para pensarlo, lo hizo en 1480, al regreso de Lorenzo el Magnífico a Florencia luego de su triunfal misión diplomática a Ferrante, Rey de Nápoles. Von Bade ubica la fecha de esta pintura como seis años más tarde; pero no hay evidencia documental para apoyar esta aseveración, y el significado alegórico del trabajo puede ser interpretado en favor de la fecha anterior." Para Horne, en cambio, la alegoría política está relacionada con la alianza de Lorenzo el Magnífico con Inocencio VIII (1478).
De acuerdo con el pensamiento neoplatónico de Ficino (Bestia nostra, id est sensus; homo noster, id est ratio Marsilio Ficino, De Vita), Gombrich considera que el centauro, mitad animal y mitad humano, representa la duplicidad de la naturaleza humana en cuya parte superior, en contacto con lo celeste, reside el intelecto y abajo, sus instintos más innobles e irracionales. Palas simboliza la inteligencia divina, que habita en las esferas celestes y conduce a la parte inferior. Por eso Palas agarra por el pelo al centauro para llevarlo por el camino adecuado. Lightbown se inclina a pensar que es una variación de la victoria del amor casto sobre el lujurioso, aventurándose a relacionar la figura de Palas con la de Semiramide, prometida de Pierfrancesco en esos años.
Observaciones:
Un inventario que data de 1499, que no se descubrió hasta 1975, contiene una lista de las propiedades de Lorenzo di Pierfrancesco y su hermano Giovanni y confirma que en el siglo XV esta pintura de Palas y el Centauro colgaba sobre la puerta de la misma habitación que “La primavera”, en el palacio familiar de Via Larga (Florencia). Transmitida en herencia a Giovanni delle Bande Nere, aparece aún en el villa de Castello en los inventarios de 1598 y 1638; pasó al Pitti hacia 1830 y a los apartamentos reales (1856); por último a los Ufizzi después de 1893.