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Objeto Digital 318
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Identificador:
 318
Nombre:
Apolo/Febo
Dioses
Dioses Olimpicos:
 
Apolo/Febo
Nombre:
 
Apolo/Febo
Tema:
 
Apolo Citaredo
Atributos iconográficos:
 
Cítara, serpiente, carcaj y arco
Autor:
 
Anónimo
Escuela:
 
Roma, Cirenaica (procede del templo de Apolo en Cirene)
Período/Cronología:
 
S. II d.C.
Soporte y técnica:
 
Escultura de bulto redondo en mármol
Dimensiones:
 
229 cms. h.
Localización (Institución, Colección):
 
Londres, Museo Británico
Fuentes primarias:
 
Homero, Ilíada I, 602; Hesíodo, Teogonía, 94-97; Himno homérico a Apolo y a las Musas.
Descripción:
 
Pues merced a las Musas y a Apolo, el Certero Flechado
existen sobre la tierra los aedos y los citaristas
(Himno homérico a las Musas y a Apolo)

El culto de Apolo se extendió por todo el ámbito griego, donde multiplicidad de advocaciones locales daban respuesta a tan versátil deidad. Como han
señalado algunos autores, este culto fue uno de los más antiguos y de los más importantes del mundo griego; ya en la época homérica estaba extendido
por toda la costa de Asia Menor, acaso porque fuera un culto de origen asiático, como el de Afrodita. Su introducción en Roma se relaciona con las
primeras colonias de los griegos establecidas en la parte meridional de Italia. Sin embargo, los romanos redujeron su complejidad, centrándola en los
aspectos de la sanación (Apollo Medicus) y la música (Apollo Paean), aunque en determinadas ocasiones no olvidaron otros aspectos de su carácter.

Como músico, Citaredo y Musagetas, los primeros testimonios iconográficos del dios pertenecen a la Grecia arcaica, momento en el que, a la sombra de las tradiciones épico-legendarias, se forjó su imagen: tanto en solitario como en compañía de las divinas Musas. Muchas de las estatuas de culto llegadasa nuestros días muestran a Apolo según dicha advocación, como Citaredo o Musagetas.
Esta imagen de culto es un prototipo canónico de Apolo como inspirador de las artes, como el más bello de los dioses y como representación del ideal clásico de belleza formal, claridad, juventud, moderación y mesura. Es una obra de esmerada ejecución, en la que el dios ha sido representado de manera indolente, de acuerdo con los patrones estéticos que caracterizan al arte helenístico: una figura estante, en marcado contrapposto. Posee idealizadas facciones e imponente anatomía, mórbida y poderosa al mismo tiempo. El dios músico dirige su atención hacia la cítara que sostiene en su mano izquierda, mientras, el brazo derecho –hoy perdido- se dispondría alzado y probablemente flexionado sobre la cabeza para sostener el plectro.

Modelos iconográficos similares pueden hallarse en las estatuas conservadas actualmente en el Museo Capitolino (fig. B), Museo de Pérgamo (fig.C) ,
Museo de Estambul (fig. D) o la del Museo del Louvre (fig. E). El rostro aparece muy idealizado, imitando los modelos del arte postclásico, con la boca menuda y alta, el mentón prominente, los ojos rasgados y la nariz recta. La tersura de su piel contrasta con la cabellera, larga y ondulada, de gran plasticidad; dicha cabellera se dispone con delicadeza a ambos lados del rostro, en caprichosos bucles que caen sobre los hombros y queda ceñida con una corona de laurel. Aunque hoy perdido, el cabello pudo estaranudado también mediante el sagrado Króbilos.
Apolo exhibe un cuerpo desnudo lleno de vigor: su figura describe una leve pero verosímil torsión del pecho, bien musculado y técnicamente intachable.
Un manto que cae por debajo de su sexo le cubre las piernas, en un intrincado juego de profundos pliegues. Se produce así, de nuevo, el contraste entre
la suavidad del torso desnudo en el que apenas si se detiene la luz en la musculatura y el claroscuro barroquizante producido por dichos plegados. Bajo el
manto asoman los pies del dios, que calza sandalias. La cítara ha perdido el puente y las cuerdas; posee caja de resonancia adornada con peltas y un perfil
interno mixtilíneo, muy elaborado. El instrumento está colocado sobre un tronco arbóreo, de cuyas ramas penden un carcaj y un arco y en el que se
enrosca, en voluptuosas curvas, un gran ofidio, cuyo extremo está siendo aplastado por el pie izquierdo del dios (quizá sea esta la razón principal por la
que el dios va calzado). Todos estos atributos muestran al dios como vencedor de la oscuridad (dios oracular, poseedor del don profético, dios de la sanación) y músico al mismo tiempo, advocaciones que, como decíamos al principio, fueron las habituales en las provincias romanas durante el alto Imperio.
Observaciones:
 
Esta estatua procede del templo de Apolo en Cirene (actual Libia) y en el momento de su hallazgo estaba fragmentada en 212 pedazos, tumbada junto al
gran pedestal en el que estaría originariamente erguida; fue sometida a una laborioso proceso de restauración en el Museo Británico, aunque no se pudo
recuperar su brazo derecho (Higgs, P.). La exhumación de la pieza corrió a cargo de R. M. Smith.
British Museum: GR 1861,0725.1 (Cat. Sculpture 1380)
Autor de la ficha:
 
María Isabel Rodríguez López
Objeto Digital 318
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